A lo largo de la historia de la NBA y del baloncesto en general, los jugadores interiores siempre han marcado diferencias. Desde Chamberlain a Shaq, los dominadores de la zona han acumulado galardones y campeonatos y las grandes dinastías de la liga, salvo los Bulls de Jordan, se han asentado sobre los hombros de algún gigante. Pero durante las últimas temporadas parece que esta dinámica ha cambiado, cada vez hay menos jugadores interiores dominantes, y no parece que ninguno de los que hay vaya a marcar una época.
Un gran ejemplo del cambio sufrido lo podemos ver en la última final de la NBA, los pivots titulares eran Tyson Chandler, un jugador con un físico privilegiado pero sin capacidad para crearse sus propias canastas, y Joel Anthony, un jugador meramente defensivo y sin talla de pivot, mientras que la importancia del juego interior las tenían los cuatros, Bosh y Nowitzki, dos jugadores que poco tienen que ver con un pivot puro. Atrás quedaron los grandes pivots que dominaban la liga jugadores como Chamberlain, Bill Russell, Kareem Abdul-Jabbar, Robert Parish o Mo Malone. Desde la llegada de Kevin Garnett se ha creado un estereotipo de jugador a imitar y los interiores de hoy en día son más moviles, con mejor tiro a media e incluso a larga distancia y cada vez desarrollan menos juego de espaldas a la canasta. La importancia en el juego pasó de los cincos a los cuatros.
Los mejores jugadores interiores de la actualidad son cuatros del tipo de Stoudemire o Gasol mientras que los cincos tienen números más discretos en ataque, por debajo de los 15 puntos, o son especialistas en defensa como DeAndre Jordan o Serge Ibaka, después está Dwight Howard, un caso aparte, un jugador que por talla juega de pivot, pero carente de movimientos al poste bajo por lo que basa su anotación en su superioridad física. Tras la retirada de Shaq, el último gran jugador al poste bajo que queda es Tim Duncan, que aunque no esté en su mejor época sigue demostrando que es un ganador. No me imagino lo que podrían hacer en la NBA actual jugadores determinantes en los 90 como Robinson, Ewing o Olajuwon.
Pero no todo son puntos y rebotes, al final lo importante son las victorias y los campeonatos, y vemos la importancia de jugar con un pivot puro en equipos como los Lakers de Bynum o los Grizzlies de Marc Gasol, jugadores que sin ser superestrellas son importantisimos en el esquema de su equipo tanto en ataque como en defensa. Incluso Yao Ming, siendo en gran parte un producto de marketing llego a ser un jugador importante. De hecho, en la última final de la NBA el papel de Chandler, pese a sus limitaciones, supuso un factor diferencial en la eliminatoria, esto demuestra que sin un pivot es muy difícil jugar a baloncesto. Todo esto lleva a que los equipos se hipotequen con jugadores como Varejao o arriesguen sus elecciones en el draft en jugadores como Thabeet o Olowokandi.
Algún día los pivots volverán a dominar la liga, por el momento tendremos que conformarnos con la mejoría de Howard, Bynum, Horford y Marc, quizás los mejores pivots de la liga, lo que pueda dar Greg Oden si algún día sus lesiones le permiten jugar y la evolución de jugadores como Roy Hibbert y Greg Monroe que sin hacer mucho ruido están haciendo buenos números y que pueden acabar convirtiéndose en grandes jugadores.
Buen artículo
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